martes, 29 de octubre de 2013

Horacio Quiroga (Salto, Uruguay, 1879-Buenos Aires, Argentina, 1937)


Horacio Quiroga



Decálogo del perfecto cuentista





1.       Cree en un maestro —Poe, Maupassant, Kipling, Chejov— como en Dios mismo.
2.   Cree que su arte es una cima inaccesible. No sueñes en domarla. Cuando puedas hacerlo, lo conseguirás sin saberlo tú mismo.
3.      Resiste cuanto puedas a la imitación, pero imita si el influjo es demasiado fuerte. Más que ninguna otra cosa, el desarrollo de la personalidad es una larga paciencia.
4.      Ten fe ciega no en tu capacidad para el triunfo, sino en el ardor con que lo deseas. Ama a tu arte como a tu novia, dándole todo tu corazón.
5.      No empieces a escribir sin saber desde la primera palabra adónde vas. En un cuento bien logrado, las tres primeras líneas tienen casi la importancia de las tres últimas.
6.      Si quieres expresar con exactitud esta circunstancia: "Desde el río soplaba el viento frío", no hay en lengua humana más palabras que las apuntadas para expresarla. Una vez dueño de tus palabras, no te preocupes de observar si son entre sí consonantes o asonantes.
7.      No adjetives sin necesidad. Inútiles serán cuantas colas de color adhieras a un sustantivo débil. Si hallas el que es preciso, él solo tendrá un color incomparable. Pero hay que hallarlo.
8.     Toma a tus personajes de la mano y llévalos firmemente hasta el final, sin ver otra cosa que el camino que les trazaste. No te distraigas viendo tú lo que ellos pueden o no les importa ver. No abuses del lector. Un cuento es una novela depurada de ripios. Ten esto por una verdad absoluta, aunque no lo sea.
9.  No escribas bajo el imperio de la emoción. Déjala morir, y evócala luego. Si eres capaz entonces de revivirla tal cual fue, has llegado en arte a la mitad del camino.
10.  No pienses en tus amigos al escribir, ni en la impresión que hará tu historia. Cuenta como si tu relato no tuviera interés más que para el pequeño ambiente de tus personajes, de los que pudiste haber sido uno. No de otro modo se obtiene la vida del cuento.




Se considera el primer decálogo para escritores. 

domingo, 27 de octubre de 2013

Leyendas polacas: El nacimiento de una nación

Escudo de Polonia


Hace muchos, muchos años, más de mil, tres hermanos llamados Lech, Czech y Rus estaban perdidos por la selva centroeuropea en busca de caza. Tras largo caminar llegaron a una colina en medio de una llanura de verdes prados. Se sintieron cansados, así que decidieron descansar un poco.  

Lech que era el mayor de los tres hermanos, divisó en un roble cercano un nido de águilas. Un águila blanca lo sobrevolaba. Los tres se quedaron mirando tan bella escena pues detrás del nido y del águila, el sol poniente brillaba de colores.

-          ¡El águila es un buen presagio de los dioses!, dijo Lech a sus hermanos.

Estos asintieron.

-          Voy a trepar a ese árbol y echar un vistazo alrededor.

Según ascendía iba viendo el nido en lo alto de las ramas pero el águila volaba junto a él. Le vigilaba. Se sentó en una rama y un polluelo de águila se posó sobre su hombro. El águila seguía aleteando con mayor fuerza. Había escalado lo suficiente para poder ver muchas millas a lo lejos, en todas las direcciones. Hacia el norte vio una gran extensión de agua. Hacia el este vio una infinita llanura de tierra fértil y plana y hacia el sur había colinas donde el ganado podía pastar. Al oeste había un espeso y oscuro bosque.

Lech bajó del árbol y contó a sus hermanos lo que había visto. Cada uno de ellos tomó la decisión de separarse.  

Czech quiso caminar hacia el sur y al llegar allí fundó el país de los checos.

Rus opinaba que lo mejor era ir hacia el este donde podía trabajar la tierra y sin pereza echó a andar para crear un nuevo país: Rusia.


Lech decidió quedarse allí mismo. Sobre la colina construyó una ciudad a la que llamó Gniezno, que significa “un nido” en lengua eslava y la convirtió en la capital de un país llamado Polonia. Fue el primer duque de Polonia. Su escudo tiene un águila blanca sobre un fondo rojo.


Fuentes:
Apuntes de Marieta Alonso. Viaje turístico a Polonia.
Polonia. Editorial Festina. Varsovia.  

A compartir, a charlar, a coloquiar




Con gran placer os invito a acompañarnos

el lunes, 28 de octubre de 2013,

a las 18:30 horas

en la 

Biblioteca Pública Municipal José Saramago

Avenida de Monforte de Lemos, nº 36

Parque de la Vaguada

Madrid


a un encuentro donde los protagonistas son nuestros libros:

Tras las huellas de Sherezade

de Carmen Dorado Vedia

y

¿Habla usted cubano?

de Marieta Alonso Más



Os esperamos

jueves, 24 de octubre de 2013

Brújulas y Espirales: Emmanuel Carrère "De vidas ajenas"

Blog  literario Brújulas y Espirales

martes, 6 de septiembre de 2011


"DE VIDAS AJENAS": CRÓNICA DE DUELOS Y DESGARROS

De vidas ajenas
Emmanuel Carrère
Traducción de Jaime Zulaika
Editorial Anagrama, Barcelona, 2011, 260 páginas.

En pocas ocasiones como en esta se hace preciso un acercamiento a la génesis de esta novela, De vidas ajenas. Lo demanda la naturaleza non ficcional de la misma y las profundas raíces de dolor real que la generaron y de las que Emmanuel Carrère fue testigo. El mismo escritor francés, que se consagró como narrador, acercándonos la figura criminal de Jean-Claude Romand en su novela El adversario, reconoce que en De vidas ajenas narra experiencias vitales de gran dureza, pero que las encaró con cierto confort psicológico porque le amparaba la legitimidad. Todo lo que aquí narra Carrère es absolutamente verídico. La certeza y la claridad de la vida frente a la brutalidad de la muerte transformaron al escritor hasta permitirle narrar a corazón abierto todo aquello que contempló: dos dolorosas muertes.
Emmanuel Carrère es escritor, guionista y realizador de cine y televisión. (Con el título D’autres vies que la mienne y dirigida por Philippe Lioret acaba de adaptar su novela al cine). En el año 2004 se encontraba de vacaciones con su esposa en Sri Lanka. El matrimonio hacía aguas, pero allí fueron testigos del brutal desbordamiento de otras aguas: las del tsunami que arrasó el Sudeste Asiático. Ellos estaban a salvo en su hotel, pero vieron de forma muy directa la hecatombe y la desgracia de una pareja de compatriotas cuya hija de cinco años había sido tragada por la ola. Y les acompañaron en su recorrido por las diferentes morgues del país para encontrar el cadáver. A los pocos meses, ya de regreso en Francia, otra ola: Juliette, la hermana de su mujer fallece víctima de un cáncer. En esos momentos, un familiar le propone relatar esas historias, pero le pareció “obsceno y fuera de lugar”. Sin embargo visitó a un juez Étienne, amigo de su cuñada, que en su juventud también había padecido un cáncer que le provocó la amputación de una pierna. El juez le habló de su amistad con su cuñada, del trabajo en común y de las experiencias de la enfermedad y le convenció de que todas esas experiencias extremas debían ser contadas.
Fue Susan Sontag quien postuló el requisito de la necesidad para la literatura. De vidas ajenas cumple con esa exigencia más allá del cien por cien y en todos sus polos o centros de interés narrativo. Y cumple porque todo eso aconteció y Emmanuel Carrère lo cuenta de forma objetiva y honesta.
La catástrofe natural, el gigantesco tsunami en Sri Lanka fue algo que pasó. La ola arrastrándolo todo, la pareja francesa que presencia la desaparición de su hija entre miles de muertos. Sin poder hacer nada. Y el escritor y su esposa Hélène, sintiéndose débil ante una experiencia que les unirá: “Estuvimos un largo rato frente a frente, bajo el débil chorro de agua. Sentíamos frágiles nuestros cuerpos. Yo miraba el de Hélène, tan hermoso, tan aplastado por la fatiga y el pavor. Yo no sentía deseo, sino una piedad desgarradora, una necesidad de cuidarla, de protegerla, de conservarla. Pensaba: hoy podría estar muerta. Hélène me es preciosa. Preciosísima. Quisiera que un día sea vieja, que su piel sea vieja y desvastada y seguir queriéndola” (página 58).
Pero la mayor parte del libro está consagrado, a través de los testimonios de las personas próximas, a recuperar a su cuñada y su especial relación profesional y amical con un colega, con Étienne. Ambos jueces, ambos compartiendo una cojera secuela de sendos cánceres sufridos en sus juventudes, ambos apasionados por la justicia, una pasión nada revolucionaria. Simplemente luchaban a favor de la gente con problemas de crédito y sobreendeudamiento, para construir una sociedad un poco más justa. Hasta que surge otra vez la catástrofe. Esta vez una catástrofe íntima: el cáncer que de nuevo hace que Juliette, con poco más de treinta años y madre de tres niñas que todavía no habían alcanzado la adolescencia, comience a morirse.
Emmanuel Carrère narra este veloz deslizamiento hacia la muerte no como una historia triste, aunque no aporte esperanzas ni existan referencias a la fe religiosa. Pero su escritura, a la vez que supone un estremecedor acercamiento antropológico a la manera occidental de asumir la muerte, ensalza la vida que late con fuerza por debajo de ese río imparable que es el morir. Por eso al concluir la lectura de este texto, sentimos el confort y la alegría ante la parte de felicidad de la que nos hemos podido apropiar, sin dejarla escapar.
Al leer la relación profesional y de amistad entre la pareja de jueces, una relación no amorosa, exclusivamente amical y su pasión “no revolucionaria” por la justicia, me resulta imposible impedir que en mi memoria surjan las palabras con las que Jorge Herralde, director y editor de Anagrama, definió a estos dos jueces: “santos laicos”. Es aquí donde la novela cobra una indudable dimensión social y política. La pasión de ambos jueces por la justicia, vinculada quizás a las injusticias que ellos habían sufrido y a la constatación de cómo las grandes entidades crediticias engañaban a la gente sencilla. Por eso los dos eran capaces de consagrar decenas de horas para demostrar que los intereses y penalizaciones practicadas por algunos bancos sobrepasaban el límite de la usura y que aquella manera de sangrar a la gente no solo era inmoral, sino también ilegal. Y todo ello sin ser nada extravagantes ni jueces estrella. Simplemente aspiraban a un mundo en el que se tenga derecho a violar la ley y a hacerla respetar como jueces. Absoluto liberalismo, como comenta Étienne.
De vidas ajenas no es una novela siniestra, pero si espeluznante y al mismo tiempo estimulante. Un libro sobrecogedor que profundiza en la tragedia y en el dolor pero huye de la sensiblería y de los recursos lacrimógenos. De la lectura de este texto non-fiction, desnudo y sin efectivismos, pero escrito con gran vitalidad narrativa y que se sirve de los más eficaces recursos ficcionales para contar hechos reales, brota la misma experiencia que el psicoanalista y “canceroso” Pierre Cazenave extrajo de su arte: “una solidariedad incondicional con la congoja insondable que entraña la condición humana”
………………….

Extractos

“(…) Hombres, mujeres, niños, ancianos, nativos y occidentales, con el rostro enmarcado, deteriorado, tumefacto y los ojos abiertos o cerrados, desfilaron decenas, la pantalla dedicaba unos segundos a cada foto y después, automáticamente, pasaba la siguiente, y por fin apareció la de Juliette. Hélène estaba al lado de Jérôme. Le vio mirar la foto de su hijita muerta. Vio cómo la miraba. Cuando otra foto sustituyó a la de Juliette, Jérôme enloqueció. Se precipitó sobre el ordenador, pidió a gritos que volviese atrás. El empleado pulsó el ratón y consultó la ficha que acompañaba a la foto: Juliette ya no estaba allí, la habían trasladado la víspera a Colombo. Su foto fue reemplazada de nuevo y Jérôrome sucumbió de nuevo al pánico y le pidió que volviera atrás: no conseguía separarse de la pantalla ni aceptar que Juliette desapareciera. El empleado pulsó varias veces seguidas para detener el desfile automático. Jérôme miraba ávidamente la cara de su hija, sus cabellos rubios, los tirantes del vestido rojo sobre los hombros redondos y bronceados. Cada vez que aparecía una nueva foto suplicaba: again! Again, again”.
…..

“(…) Habló de la justicia, de la manera como Juliette y él administraban justicia. En el tribunal de Vienne se ocupaban sobre todo del derecho al sobreendeudamiento y del derecho a la vivienda, es decir, de asuntos en los que existen pudientes y desposeídos, débiles y fuertes, aunque a menudo es más complicado (…) Étienne decía que a Juliette no le habría gustado que dijeran que estaba del lado de los desheredados: sería demasiado simple, demasiado romántico, sobre todo no sería jurídico, y ella se obstinaba en ser jurista. Ella habría dicho que estaba en el bando del derecho, pero llegó a ser, los dos llegaron a ser virtuosos en el arte de aplicarlo realmente. Para ello eran capaces de consagrar decenas de horas al estudio de un plan de reembolso, a descubrir una directiva en la que otros nunca habrían pensado, capaces de apelar al Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas (…) Sus sentencias fueron publicadas, discutidas, violentamente atacadas”.
…..

“(…) Le pidió que le llevara en coche a casa de Aurélie, que también vivía en Sceaux, y que pasara a recogerle más tarde. Salía con Aurélie desde hacía dos años y habían tenido juntos su primera experiencia sexual. Ella era muy bonita, muy fina, y él todavía piensa hoy que muy bien podrían haberse casado. Se acostaron en la cama y él le dijo: el lunes van a cortarme la pierna, y por fin rompió a llorar. Mientras iba anocheciendo, se quedaron horas abrazados, o más bien él permaneció en los brazos de ella, que le estrechaba con todas sus fuerzas y le acariciaba el pelo, la cara, el cuerpo entero, quizá hasta la pierna que pronto ya no existiría. Ella le decía en voz baja palabras tiernas, pero cuando él le preguntó si le seguiría queriendo con una sola pierna, ella fue honesta: no lo sé”
…..


“(…) Hubo aún otro silencio y luego Juliette dijo que no quería que la desposeyeran de su enfermedad, como habían hecho a los dieciséis años. Sus padres habían puesto todo su amor, toda su energía, toda su ciencia para protegerla, si hubieran podido habrían sufrido el cáncer en su lugar, pero ella ya no quería que otros sufrieran por ella. Quería vivirlo plenamente, hasta la muerte, si es lo que la esperaba al final, como parecía probable, y contaba con Étienne para que la ayudase”

(Emmanuel Carrère, De vidas ajenas, páginas 46-47, 88, 110, 214)
Emanuel Carrère


martes, 22 de octubre de 2013

Minas de sal de Wieliczka (Polonia)

Entrada a la mina






La Catedral subterránea de la sal en Polonia, Wieliczka, es famosa por la antigua mina de sal. 


Es el museo más antiguo. En explotación desde el siglo XIII, las viejas minas de sal son un auténtico monumento, único en el mundo, fruto del trabajo de los mineros. Se encuentra a solo diez kilómetros del centro de Cracovia. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad, en 1978, por la Unesco.


Incluye un recorrido turístico de 3,5 kilómetros, unas dos horas aproximadamente, donde se baja a ciento treinta metros de profundidad a través de ochocientos escalones. En ningún momento hay que agachar la cabeza y tiene una temperatura estable de trece a catorce grados centígrados. Se sube en ascensor.  
A 130 metros de profundidad



Esta maravilla ha sido muy visitada desde el siglo XV, gracias a sus insólitos paisajes, el tamaño y la arquitectura de las excavaciones. Lo más espectacular es la Capilla de Santa Kinga, con Virgen, Santos, altares decorados, candelabros, esculturas, púlpitos, todo labrado en la roca de sal por los mineros. Incluso los cristales de los candelabros están hechos de sal. Otras cámaras contienen estatuas de personajes míticos e históricos, un lago subterráneo y exposiciones que ilustran la historia de la minería de la sal. Se refleja en ellas todas las etapas de la evolución de las técnicas mineras en las diferentes épocas.

La última cena 


La cámara Staszic tiene el techo más elevado, a treinta y seis metros de altura. Hay también un sanatorio subterráneo donde se tratan enfermedades respiratorias. Los nazis quisieron abrir en las minas una fábrica de aviones.  


Sus canteras, galerías, pendientes, pozos de excavación… están situados en nueve niveles diferentes, ya que alcanzan una profundidad de trescientos veintisiete metros y su longitud supera los trescientos kilómetros.


El valor monumental, histórico e industrial de las minas de sal de Wieliczka se enriquece aún más por las muestras de rocas que se encuentran en el interior, como los grandes cristales de sal gema aglomerados en las Grutas de los Cristales. 
Huída a Egipto


Se han encontrado fósiles de la flora y fauna del Mioceno, así como perfiles geológicos muy bien conservados que ilustran la formación tectónica del yacimiento.


Santa Kinga o Santa Cunegunda de Polonia (1224-1292) era hija de Béla IV de Hungría y María Laskarina. A los quince años fue desposada por Boleslao V, el Casto, convirtiéndose en reina de Polonia. Es venerada como santa húngara y polaca. Beatificada en 1690, fue canonizada el 16 de junio de 1999, por Juan Pablo II. 

 
Casimiro III el Grande
Último gobernante de la Dinastía Piasta



Fotos: Ángeles Alonso Más

domingo, 20 de octubre de 2013

Ramón L. Fernández y Suárez: Noche Estrellada




NOCHE ESTRELLADA




Habíamos andado más de cinco horas. Como el calor ya no era demasiado intenso, mediaba septiembre por aquel entonces, pudimos hacer más kilómetros que durante la jornada anterior. Un rodal de eucaliptos nos cerraba el paso y nos exigía dar un gran rodeo. La tarde suavizaba el aire. Nos sentíamos cansados. Decidimos acampar. Dejamos sobre el suelo las mochilas y nos descalzamos. Apetecía una cabezada y creo que bajo la rumorosa sombra de los árboles pasamos, inmóviles, más de media hora. Alguien provocó un ruido involuntario y nos despertamos todos.

Tonificados por el breve descanso, decidimos montar las tiendas y arreglar un pequeño fuego entre unas piedras reunidas al efecto con el fin de iluminarnos y a su llamas asar unos chorizos. En estas tareas la noche se nos vino encima. Hubo canciones que aparecieron, al parecer, estimuladas por abundantes sorbos de tintorro. Al cabo de algún tiempo las brasas parecían disolverse en la penumbra. 
Gradualmente se fueron apagando los chistes y canciones, y así nos encontramos cara al cielo donde brillaban, silenciosas, las constelaciones.

-Sabes, Luis, nunca pensé verme inmerso en estos berenjenales, y ahora que lo estoy, no lo lamento.

-No sé a qué te refieres.

-Digo, a este viaje con vosotros.

-Ya, mucha gente no lo aprecia hasta que no lo experimenta. Pienso que, al igual que en un viaje por mar, la mitad del placer está en la travesía.

Mientras, tumbados sobre sendas mantas, así hablaban Carlos y Luis, sus otros compañeros roncaban en sus tiendas. De vez en cuando algún ave nocturna dejaba oír sus sonidos. Todo era quietud, y quizás por la breve siesta previa a la acampada este par de amigos no sentían necesidad de retirarse.

-Cuando lleguemos a Santiago será mejor buscar albergue.

-Sí, allí la humedad no es buena compañera.

-Santiago de Compostela. Campus stellae… Viva la imaginación.

-¿Por qué lo dices?

-Por toda ese bonito alarde de imaginación que ha dado origen a tantos siglos de fecunda peregrinación.

-Es cierto que el Camino de Santiago que ahora hacemos contribuyó durante muchos siglos a la vertebración de Europa y su cultura.

-Siempre han existido ideas cuyo resultado imprevisible suele hacerlas imperecederas.

-Macho, si no concretas tu discurso con ejemplos, temo que me costará seguirte.

Tras unos instantes de silencio, se oyó decir a Carlos:

-Seguramente recuerdas muchos pasajes de la Biblia.

-Sí, durante algún tiempo intenté estudiarla; bueno, quizás más bien leerla, y algunas cosas si recuerdo, pero no soy nada experto en exégesis ni en  interpretaciones.

-¿Recuerdas lo referido al pueblo judío y a su cautiverio?

-¿A cuál de ellos te refieres?, pues si no recuerdo mal, fueron sometidos varias veces, según cuenta el Antiguo Testamento.

-Me estoy refiriendo al tiempo que estuvieron en Egipto y a la figura de Moisés.

-Ya lo creo, tuvimos un gran profesor de Historia Antigua en primer curso de la facultad.

-En realidad, el pueblo de Israel no entró cautivo al floreciente imperio que se extendía a orillas del Nilo. 

Allí fueron en busca de una vida mejor cuando su territorio original entró en uno de sus muchos períodos de extrema pobreza debida a guerras y sequías. Con el paso de los siglos, su situación de inferioridad social y económica determinó su esclavitud, como ocurría en casos similares con otros pueblos minoritarios que por medio de la fuerza o tácitamente eran sometidos  por las leyes y la burocracia faraónica a la condición más infamante.

Pero mientras todo esto ocurría, tuvo lugar en el imperio un gran cambio institucional e ideológico que fugazmente sacudió a los reinos del Alto y del Bajo Egipto. Hubo un faraón iluminado (y creo que nunca mejor usado el adjetivo) que con visión genial y posiblemente interesada, decidió romper los esquemas religiosos sobre los que se sustentaba el poder establecido, rector de ambas regiones desde la noche de los tiempos.

-Supongo que te estás refiriendo a Akhenatón.

-Efectivamente, el coronado como Amenophis IV. Este, en un intento por reorganizar las estructuras del poder que le obligaban a compartir su omnipotencia con la casta sacerdotal del dios Osiris, introdujo el culto a un nuevo y todopoderoso ser supremo de orden trascendente y material: el dios Atón. Representación de la fuente suprema y original de la energía universal. El sería el dios único porque de él todo dependía (y aún depende) en el orden físico sobre la tierra. Akhen·Atón sería, pues, como su personificación vicaria en el mundo por entonces conocido; y su poder, indiscutido, eliminaría la relevancia de la hasta entonces todopoderosa casta sacerdotal.

-Creo que eso ya lo conocía. Pero, ¿Qué importancia han podido tener aquellos acontecimientos que tras su muerte fueron borrados con inusual denuedo por aquellos mismos sacerdotes?

-Ocurre que durante todo aquel período, que apenas llegó a un par de décadas, los judíos ya vivían sus peores días junto al Nilo. Ellos estaban allí cuando se definió lo que constituye la primera manifestación de un monoteísmo. Llamémosle protomonoteísmo, si nos apetece. Ellos mismos, y así lo atestiguan los primeros profetas, prestaban adoración a múltiples dioses; esto es, estaban penetrados por las creencias religiosas de los muchos pueblos con quienes compartían guerras e historia.

Cuando Moisés saca de Egipto al pueblo de Israel tenía ya una nueva visión que coaligaría a las doce tribus y definiría a su gente frente a  los múltiples peligros que le amenazaban.

El sol (Atón) es fuente de energía, luz, calor e inspiración. Cuando Moisés en el Sinaí se declara receptor del mensaje divino, describe a su Interlocutor como una zarza ardiente, inagotable mientras se revela. Energía, luz, calor e inspiración que toma cuerpo en las Tablas de la Ley.

-Y, al hablar de Compostela, ¿qué te ha sugerido esta meditación?

-La batalla de Clavijo, Santiago y el caballo blanco son ideas que, desde otra dimensión, han generado todo un ordenamiento que, discutible o no, han marcado el devenir de este país y, en parte, el de su entorno. Por eso, su aceptación o desconocimiento como realidades no pueden impedir sus resultados. En ello reside, según creo, su importancia.

-Visto de esta forma, nuestra ideología religiosa es el resultado de una evolución. ¿No es eso?

-Creo que ahora lo estás viendo como lo imagino; pero ello no conlleva la aceptación de su mensaje. Eso es un tema de fe que, como sabes, no es igual a religión.

-Sí, creo que te entiendo, pero mañana la jornada es larga y aún hay que atravesar todo el norte de Castilla.

-Y de León. Hasta mañana.

                                


© Ramón L. Fernández y Suárez

Licencia Creative Commons

viernes, 18 de octubre de 2013

Juan de la Cosa (Santa María del Puerto, actual Santoña, Cantabria ¿1449?-Turbaco, Colombia, 1510)





Marino y cartógrafo español.

Era propietario de una nao llamada Gallega, que con el nombre de Santa María fue utilizada como capitana en el primer viaje de Colón, en el que tomó parte como maestre de la tripulación de su propio barco.

En la expedición que descubrió el Nuevo Mundo se hundió la carabela Santa María y Colón, tal vez por celos de su pericia y habilidad, le acusó de haberlo hecho intencionadamente; como no pudo probarse culpabilidad alguna, la corona le resarció de la pérdida.

Acompañó a Colón en su segundo viaje en calidad de cartógrafo y después intervino o dirigió, otras expediciones, entre ellas la de Alonso de Ojeda a las costas del continente sudamericano, lo que le proporcionó un perfecto conocimiento de las tierras por él recorridas.

Así pudo trazar su famosa Carta de Marear o Mapamundi. En ella se le ve ya liberado del mito colombino, pues reconoce la independencia del Nuevo Mundo respecto de Asia. Cuba aparece ya identificada como una isla, en contra de la opinión de Colón. Está pintado sobre dos pieles de pergamino unidas en forma de rectángulo irregular de 96 centímetros de ancho y 183 centímetros de largo. En el extremo occidental del mapa aparece una efigie de San Cristóbal probable alusión a Colón, situado a poniente de las Antillas sobre una inscripción que dice: “Juan de la Cosa la fizo en el Puerto de S: mâ en el año de 1500”.

Su mapamundi es el primero en que aparece el Nuevo Mundo, comprendía África y Europa en su totalidad, delineadas con perfección, pero lo que le da categoría de monumento cartográfico, es la representación de las Indias occidentales en los momentos de su reconocimiento inicial: el trazado de las Antillas y de Tierra Firme, desde el Amazonas hasta Panamá, con notable semejanza.

El mapa fue archivado en la casa de Contratación de Sevilla, de donde se supone fue robado y vendido en el extranjero, hasta que en 1853 el gobierno español lo recuperó e instaló en el museo naval de Madrid, donde se conserva.

Esta obra revela, junto a las grandes empresas de los españoles en ultramar, el interés que, paralelamente, les mereció la investigación científica. Se sabe que hizo, además, otros mapas importantes, entre ellos una Carta de la costa cantábrica, que no se conserva.

En 1509 emprendió lo que sería su última expedición, de nuevo junto a Ojeda, para tomar posesión de las costas de la actual Colombia. La Cosa murió en un enfrentamiento armado con indígenas antes de poder llegar a ejercer su cargo de alguacil mayor de Urabá.
  


martes, 15 de octubre de 2013

¿Habla usted cubano? Versión digital




¡Hola a todos!

¡Buenas noticias!

La versión digital de ¿Habla usted cubano? ya está a la venta. Este es el enlace:

http://www.amazon.es/%C2%BFHabla-usted-cubano-ebook/dp/B00FSQ6OGA/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1381779050&sr=8-1&keywords=habla+usted+cubano


¡Disfrutad con mis cuentos!

Dichos populares: ¡Apaga y vámonos!






Hoy esta exclamación se utiliza para dar por finalizada una cosa, también se dice cuando oímos o vemos algo disparatado o absurdo.

Tuvo su origen en una historia ocurrida en Pitres (Granada) hace muchos años, cuando dos sacerdotes hicieron una apuesta para ver cuál de los dos terminaba antes la misa, con ello se jugaban una plaza de capellán.

El día del “duelo” el primero de los curas subió al altar y comenzó la misa por el final diciendo “Ite, missa est” que significa “Hemos celebrado la Misa”.

El otro cura, impasible, se giró hacia el monaguillo que sujetaba la vela y exclamó: “¡Apaga y vámonos!, que ya está dicha la Misa”.






Fuentes:
Suplemento de Muy interesante. El libro de los Dichos.
Wikipedia, La enciclopedia libre
Díez Barrio, Germán: Dichos populares castellanos


domingo, 13 de octubre de 2013

El reino de la sal. 7000 años de historia de Hallstatt

MARQ

Es una exposición que pudimos disfrutar en el MARQ, Museo Arqueológico Provincial de Alicante, gracias al esfuerzo y a las relaciones con el Museo de Historia Natural de Viena.

Es la primera vez en España que nos acercamos a la vida de una civilización que floreció en torno al lago Hallstätter .

El Museo de Historia Natural de Viena fue creado en 1889 por el emperador Francisco José I de Austria, al mismo tiempo que su gemelo el Museo de Historia del Arte,  ambos están frente por frente en la Plaza de María Teresa, en Viena. El Departamento de Prehistoria del museo de Historia Natural es muy importante a nivel internacional. Entre sus tesoros se encuentra la escultura paleolítica llamada la Venus de Willendorf, un esqueleto de Diplodocus, un topacio gigante de 117 kilogramos y la colección de joyas que María Teresa I de Austria regaló a su marido.

El Museo Arqueológico Provincial de Alicante se inauguró en el año 2000 ocupando el edificio que fuera el antiguo Hospital de San Juan de Dios, construido por Juan Vidal Ramos entre 1926-1929, en la Plaza del Doctor Gómez Ulla, nº 3 en Alicante. Junto con el museo Guggenheim de Bilbao y el CosmoCaixa de Barcelona, son los únicos tres museos de España que han recibido el premio Museo Europeo del Año, galardón que recibió durante el año 2004.

Hallstatt
Hallstatt

Está situada a orillas del lago del mismo nombre, cerca de Salzburgo, en Austria. Su nombre significa “Lugar de la sal”.

Sabemos que la sal forma parte del origen de la tierra, que en los océanos es abundante, que es muy necesaria para el hombre ya que necesitamos tres gramos de sal al día para poder vivir y para la conservación de alimentos. Por lo tanto hubo un tiempo en que era oro blanco, teniendo en cuenta que se puede renunciar al oro pero no a la sal.

Este reino de la sal se encuentra a 400 metros de altitud sobre el lago. ¿Cómo llegó la sal a la montaña? Hace 225 millones de años la sal de Hallstatt se sedimentó en un mar poco profundo. Durante la formación de los Alpes los sedimentos fueron empujados hacia arriba, se plegaron y en algunas zonas se rompieron.

Al conjunto de las minas de la Edad del Bronce, las minas de la Edad del Hierro y a la Necrópolis, se le llama Cultura de Hallstatt.

Las minas de Hallstatt constituyen uno de los enclaves arqueológicos más importantes de Europa, que aún sigue deparando sorpresas. En la prehistoria europea hubo una fuerte demanda de sal por eso desde hace unos 7000 años los hombres cavaron las entrañas de la tierra. Ya en el siglo XV a.C. funcionaba en Hallstatt una mina que alcanzaban los cien metros de extensión vertical. En el siglo X a.C. uno de los pozos alcanzó los doscientos metros de recorrido siguiendo un trazado horizontal para aprovechar mejor las vetas de sal. En la Primera Edad del Hierro, entre los siglos VIII-VI a.C., ya no es un pozo único porque en esta época se encuentran hasta tres galerías.

El poder de conservación de la sal ha permitido encontrar restos arqueológicos de 3350 años de antigüedad. La exposición reúne 250 piezas, incluyendo entre otras muchas, un pico de asta de ciervo que es lo más antiguo de todo lo visto, zapatos, gorros, sacos de piel de vaca, un vaso ceremonial. Vemos las  amonitas, familiar lejano de la sepia, del calamar, que se extinguieron a la vez que los dinosaurios, hace 65 millones de años.

De la Edad del Bronce se han encontrado cinco sacos de carga. Llenos llegaban a tener un peso entre veinticinco y treinta kilogramos. Tenían cuerdas y protectores de cuero. Las cuerdas eran de fibra vegetal de tilo. Se nota el gusto por la ornamentación de esos sacos y llevan un refuerzo en los laterales. El transporte de la sal en sacos era trabajo de la mujer.

También se ha conservado un gorro de piel sin curtir con un diámetro de cincuenta y tres centímetros para adolescentes entre once y trece años, del siglo XIII a.C.

Los niños eran los encargados de la iluminación. Utilizaban teas de madera de abeto sin resina, para que no dieran humo. 

Se muestra una maqueta de la escalera más antigua de Europa, de la Edad del Bronce. Es una escalera dinámica, sin clavos, ensambladas. Pertenecía a un pozo único, vertical, donde se trabajaba de forma organizada para extraer la sal.

Hacia mediados del siglo IV a.C. se produjo un gran derrumbamiento y los corrimientos de tierra convertidos en lodo sirvieron de cerramiento de las minas.

En la necrópolis protohistórica descubierta y excavada por Johann Georg Ramsauer, entre los años 1846 y 1863, se han hallado unas 1500 tumbas, con sus ajuares,  pero se cree que haya unas 6000 tumbas por descubrir.

Vemos un cráneo pintado. Se pintan cráneos desde el siglo XVII. El terreno es tan escaso que a los diez años se exhumaban los cuerpos del cementerio para dejar terreno libre para nuevos enterramiento siendo trasladados a un osario. Una colección de cráneos adornados con los nombres de sus dueños, profesiones y fechas de la defunción inscritas en ellos se encuentran en exhibición en la capilla local. 

También se encontró un ajuar con cerámicas de la tumba de un artesano.  Ritschert es un estofado al estilo del antiguo Hallstatt. Se puede ver una tenia gracias a su conservación por la sal. Usaban las hojas Petasita, grandes y redondeadas, como papel higiénico. Hay un recipiente de barro con cuello cónico que se utilizaba para cocinar con una capacidad para cincuenta litros de comida en el siglo VIII a III a.C. También nos enseñan cajas de madera redondas con residuos de queso.

Gracias a los huesos encontrados, podemos conocer a lo que se dedicaban hombres, mujeres y niños. En los hombres el desgaste es en la muñeca, codos y clavícula, esfuerzo continuado de picos y otras herramientas. En las mujeres el desgaste se encuentra en la columna vertebral, a consecuencia de llevar los sacos en los que transportaban la sal, en los niños el desgaste se ve en la vértebra cervical. Nos podemos hacer una idea de la vida de aquellos hombres gracias a la gran riqueza de ofrendas funerarias.

El comercio internacional de la sal con el norte de Italia, Eslovenia, Hungría, Transilvania, África y Asia trajo a Hallstatt exóticas y extrañas ofrendas.  El ámbar era muy apreciado. Los textiles son de gran colorido. Usaban la camomila para el color amarillo, isatis para el azul, cochinilla para el rojo. El verde es la unión del isatis y la camomila.

La sal de las antiguas minas de Hallstatt, fueron en la Prehistoria europea, lo que hoy es el petróleo de Oriente Medio para el mundo. Fue un pequeño pueblo que hizo corazones de sal que se convirtieron en su marca comercial.

Una arqueología viva y continuada. En 1997, el paisaje cultural de Hallstatt-Dachstein fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.


Ha merecido la pena una visita a la exposición y luego habrá que ir al lugar de origen. ¿No les parece?