lunes, 1 de mayo de 2017

Amantes de mis cuentos: El color de la esperanza



De entre las nubes surgió un brillante rayo de sol que iluminó la casa abandonada. La ventana verde abierta le recordó su niñez. Se vio asomada al tragaluz de su buhardilla, aquél por el que sin grandes esfuerzos, saltaba para colgarse de su rama preferida y balanceándose, llegar hasta el tronco por el que descendía sin que sus padres se percataran de su ausencia. Sonrió. La comisura de sus labios lanzó un quejido, tanto tiempo sin sonreír, justo un año desde que la tragedia se presentó sin avisar.  

Volvió a escuchar el ruido seco del tren de aterrizaje al chocar contra la pista. Era como la voz del trueno, por eso se tapaba los oídos, cuando las tormentas irrumpían su silencio. Sí, ése fue el ruido que escuchó por la televisión en el momento en que daban la noticia y mostraban aquellas horribles imágenes. Su marido e hijo volvían en aquel avión.  

¡Qué hacía desde entonces! Caminar, caminar, caminar sin rumbo. De lunes a viernes tenía todas sus horas ocupadas…, pero los fines de semana se le hacían interminables. ¡Maldito ocio!  

Una bandada de mariposas comenzó a revolotear por encima de su cabeza llamando su atención y la fue guiando por aquel sendero hasta la misma ventana. Se introdujeron por ella, pero como no las siguió regresaron, la rodearon y entraron de nuevo, así hasta tres veces. Petrificada se quedó. ¿Qué le querrían decir?

Volvió a la senda. Y detrás suyo la nube de mariposas ¡Qué pesadas! Persistentes la fueron llevando hacia un lateral de la casa donde había una puerta entreabierta y repitieron lo de entrar, salir, rodearla y volver a entrar. Intrigada empujó el portón, le extrañó que no chirriara, era como si estuviera en uso.

Un bebé envuelto en una manta verde de rayitas blancas, dentro de un canasto posado sobre la única mesa, dormitaba. Y a su lado un papel, escrito con letras mayúsculas y faltas de ortografía, rogaba a quien lo encontrase que no lo abandonara, que le diera, por favor, un poco de cariño y la oportunidad de vivir. Buscó a las mariposas. Habían desaparecido.  





© Marieta Alonso Más


2 comentarios:

  1. Hermoso y solidario cuento que abriga la idea de que siemore nos puede sorprender la vida y la dicha.

    ResponderEliminar