jueves, 25 de mayo de 2017

Luis Miguel García de Mora (Lumigarmo): Caminar y contar


Las mujeres «Nacidas del Mar»,

y un pintor y la Virgen…

en la turística Garrucha


Hacía tiempo que no nos asomábamos por estos bellísimos -y confortadores- rincones almerienses como son Mojácar y Garrucha que ahí siguen en la cumbre… 

Vista de Mojácar desde la playa

Monte luminoso el primero con sus casas empinadas y gentes venidas de cualquier lugar del mundo, atractivo y variado, pesquero y con un pasado minero su vecino mejor hermano, a tiro de piedra ambos. Oímos una vez que, por estas tierras, nadie es extraño. Lo creemos. Hasta el castillo de Jesús Nazareno está de par en par… ¡Faltaría más! Bueno, por la noche, pero casi, pues un día celebraron en él dos bodas, sí, a pares, y pensamos que dormirían allí de lo a gusto que andaban todos. Nos contaba una gentil señorita que fue construido en 1765, que tenía todos los detalles como fortaleza y que, amén de otros, lo ocuparon el Cuerpo de Carabineros y la Guardia Civil. En la actualidad, se ha convertido en un espléndido museo, un mar de historia, muy visitado por escolares, residencias de mayores o gentes del cine que tanto se han visto por aquí.  

Del colosal monumento, a las afueras de Garrucha, el itinerario es sencillo, como los garrucheros, claro. Vayamos, primeramente, a visitar a la Asociación de Mujeres Nacidas del Mar. Tienen su local, mejor una casa con una gran familia…. Más de cincuenta nos cuentan, y un profesor de canto pues hoy toca ensayo. Y una feliz y guapa niña llamada Agnes (de Dios, como en la película, y de estas buenas mujeres) de once años que no vive cerca de ellas: está en Senegal. Es hija del hombre que les enseña a cantar en la iglesia desde hace cuatro años, Jean Jacques Baté, y gracias al esfuerzo de todas que le han conseguido un precioso traje blanco y demás ornamentos ha podido hacer la Primera Comunión hace unos días.

Y nos lo cuentan así, sin darle mérito…. Como otra señora, Antonia García González, que no habla de la enorme Semana Santa con dos cofradías cuyos pasos causan asombro: Como el Cristo del Perdón a quien llevan a hombros otras cincuenta mujeres. Y las siete procesiones a cargo de la Real, Antigua e Ilustre Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores que acaba de cumplir sus… cincuenta años. ¡Ah! Y la joven del castillo, según nos dijo, también forma parte de ella. Están orgullosísimas de su pueblo, de lo que ha crecido; y en lo personal, no digamos, los talleres municipales les han supuesto una alegría que creían perdida… sobre todo en no recordar penas o emigraciones a Alemania como recuerda Martín, esposo de una de ellas, que, desde su «Hogar del mar» de los mayores, suele acercarse a verlas cantar, o hacer encaje de bolillos (no hace mucho viajaron a Almagro para un concurso con las ya famosas encajeras de allí) o yoga donde lo pasan «como si estuvieran faenando en la pesca». Fue este señor uno de los veintitantos pastores que había en los años sesenta, y cuando lo llamaron para trabajar en «Lawrence de Arabia», ahí mismo en Carboneras, vio el cielo abierto -y el tren- y al poco estaba cerca de Berlín y lo sentiría por las ovejas… Nos dice al despedirnos: «Lo que daría yo porque pudiera ver mi padre la casa que tengo». Aquello se llenó de rostros emocionados y alguien habla de un pueblecito de Francia -Tence- con quien está hermanado Garrucha y comentan el recibimiento, «a lo Berlanga» pero de verdad, que les hicieron hasta con música y banderas. Ahora ya utilizan un hotel, pero al principio cada familia iba a una casa.

Razón llevaba nuestro padre cuando escribió en una crónica de los años setenta que «viajar, además de conocer, es amar»… Pues vamos con otros dos señores que hemos conocido. Uno es pintor y escritor. Félix Clemente Gerez, y necesitaríamos más espacio para poder contar lo que ha hecho, hace y le queda… Tiene un libro llamado «Gente brava» dedicado a su Garrucha natal que es como… una gran película y rodada aquí que es lo mejor. Exposiciones desde Vera o Macael -sí, la del mármol casi como el de Carrara, dicen- a Estados Unidos de América, Guadalajara, Florencia o Japón. En breve, participará en una internacional en Mojácar. Así que o en otro viaje, o lo cogeremos al vuelo… 

El otro Francisco Flores Flores, es de Mojácar y vive en Garrucha y sabe mucho de todo… Tiene una colección de fotos y periódicos con sabor añejo de sus dos queridos pueblos que piensa donar algún día a organismos culturales. De cine, bien: estuvo en la primera película rodada en Mojácar en los años cincuenta, «Sierra Maldita» y vio a Orson Welles degustar gambas y langosta cuando hizo por aquí una versión de «La Isla del Tesoro» en los sesenta. En fin, y nos fuimos al gran puerto a ver a la Virgen…

Panorámica de la playa de Garrucha



© Lumigarmo

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