lunes, 19 de junio de 2017

Santa Casilda y Santa Margarita de Francisco de Zurbarán

Santa Casilda
Óleo sobre lienzo
Francisco de Zurbarán
Museo Thyssen Bornemisza






Santa Casilda de Toledo

Casilda era hija del rey moro de Toledo Al-Mamum. Según la leyenda llevaba comida a los cautivos cristianos que su padre tenía encerrados en las mazmorras del Alcázar. Como un día la sorprendiera el rey, su padre, que con tono airado preguntó qué llevaba en el regazo de su vestido, Casilda declaró sin vacilar que eran rosas y cuando descubrió lo que llevaba, los mendrugos de pan se habían convertido en rosas. Luego las rosas volvieron a convertirse en pan. Sucedió después que Casilda enfermó, los médicos del rey no encontraban remedio a su mal. Supieron que cerca de Briviesca, en la provincia de Burgos, había unos lagos llamados de San Vicente, en los que podría hallar cura. Partió con el permiso de su padre, siendo recibida por el rey de Castilla, Fernando I. Tomó el baño siendo curada de inmediato por lo que solicitó el bautismo y nunca más volvió a Toledo. Labró en lo más alto de una peña, una ermita, en la cual hizo vida solitaria y acabó sus días en ella. El culto popular comenzó muy pronto pero no fue reconocida como santa hasta el siglo XVI.  

El original de la obra se expone en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid.

Santa Margarita, 1631
The National Gallery, Londres


Santa Margarita

Margarita de Antioquía está incluida entre las santas mártires cristianas. Cuidaba de un rebaño de ovejas y fue encarcelada y torturada por defender su virginidad frente a los intentos de un prefecto romano. La representa con los trazos de una elegante pastora. El bastón que sostiene en la mano termina en un gancho, según la leyenda fue lacerada con uno. La presencia inquietante de un dragón alude a la leyenda que narra que durante su encarcelamiento el diablo bajó la forma de un dragón para tentarla y ésta consigue derrotarlo.

El lienzo puede contemplarse en la National Gallery de Londres.




Francisco de Zurbarán (1598-1664)




Francisco de Zurbarán

Nació en Fuente de Cantos, Badajoz en 1598 y murió en Madrid, en 1664. Contemporáneo y amigo de Velázquez y Alonso Cano. Gracias al comercio con las Américas su obra cruzó el Atlántico. Una serie de doce cuadros «Las tribus de Israel», está actualmente en Auckland, en el condado de Durham, Inglaterra, se supone que no llegaron a América por un ataque pirata.


Para Zurbarán el dolor no es, de por sí, un valor moral, por lo que en sus cuadros no hay derroche de heridas, sangre, tormentos. Sus cuadros con el tema de las vírgenes mártires solo fueron un medio para representar los instrumentos de tortura.

Probable autorretrato de Zurbarán
San Lucas como pintor, ante Cristo en la Cruz



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