martes, 7 de junio de 2016

Mª Isabel Martínez Cemillán: Rincones del viejo Madrid

Torre de San Nicolás de los Servitas



      A un paso de la calle Mayor, un rincón entre las calles del Biombo y San Nicolás y en él, la iglesia de San Nicolás de los Servitas, edificada en el siglo XII, con su primitiva torre mudéjar coronada en el XVIII con el clásico chapitel barroco, preservada y cuidada por los Hermanos Servitas, conservando en su interior un “bajorrelieve” de San Pelegrino Laciosi, fraile servita, con una antigua inscripción que lo acredita:

«Protector de las enfermedades de piel, huesos y cáncer».

Que yo sepa, único santo que protege esta enfermedad y tiene imagen y veneración en Madrid. Y, en un altar, una preciosa representación de San Antonio, “el guindero”, que debe este apelativo a una emotiva y antigua leyenda:

De buena mañana, el hortelano Juan subía contento y satisfecho la Cuesta de la Vega, camino de la Plaza de la Cebada, con su burro bien cargado de rojas y lustrosas guindas, cuando el animal, sin duda cansado, se para en mitad de la Cuesta y ni arres ni palos le hacen andar, al contrario, saltos y coces hacen que los serones vuelquen y las jugosas guindas caigan al suelo rebozándose en el barro del camino.

El pobre Juan, gimiendo, dice:

−Que ruina, que desgracia, San Antonio bendito, que voy a hacer.

Un joven franciscano se para a su lado y le pregunta, ¿Qué te pasa buen hombre? a lo que contesta, no lo ve, todas mis guindas tiradas por el suelo y bien sucias. El fraile, sonríe y rápidamente recoge la fruta y según la echa en los serones, tan roja y fresca como al principio. El hortelano, asombrado, sin podérselo creer, apenas balbucea: «gracias, gracias hermano, ¿cómo puedo agradecérselo?» Y el frailuco contesta: «pues cuando acabes la venta, me llevas unas pocas a la iglesia de San Nicolás, allí estaré».

Vendidas a buen precio, todas las guindas, Juan, sudoroso y alegre, llega al templo, el fraile no estaba y piensa que lo esperará rezando, entra en una capilla, se pone de rodillas y alza los ojos a la imagen del altar, San Antonio, y exclama: ¡Dios mío, pero si es el fraile que me ha ayudado!
Imagen: www.rayosycentellas.net/madrid/
Cuadro itinerante de San Antonio el Guindero:
 de San Nicolás pasó a la Iglesia de Santa María la Real de la Almudena,
luego a la iglesia del Sacramento, más tarde a la cripta de la Almudena y ahora se encuentra
en la parroquia de Santa Cruz

Pronto recorrió por todo Madrid el milagro, la devoción aumentó tanto, que hasta se fundó la agrupación de SAN ANTONIO, DE LOS GUINDEROS, formada, principalmente, por devotos agricultores.

Y el San Antonio de San Nicolás de los Servitas, sigue siendo “el Guindero” para sus devotos, que no son pocos.


Los guinderos son los seguidores de San Antonio en Madrid





© Isabel Martínez Cemillán.


No hay comentarios:

Publicar un comentario